MLos musulmanes son una sola nación cuyo bienestar no se logra ni se hace realidad su mensaje sino con lo siguiente:
La obligatoriedad de un juramento de lealtad, pues dijo el Profeta: ‘Quien muere sin haber jurado lealtad a la autoridad, muere en la ignorancia’.
La obediencia y el respeto a la autoridad en lo legítimo. Celebrar el peregrinaje, los festejos y rezos del viernes con las autoridades, aunque sean corruptas; aconsejarlos y recurrir, en caso de disputa, al veredicto del Corán y la Sunna.
Al-lah dijo: Al-lah les ordena que restituyan a sus dueños originales lo que se les haya confiado, y que cuando juzguen entre las personas lo hagan con equidad. ¡Qué excelente es aquello a lo que Dios los convoca! Dios todo lo oye, todo lo ve
La prohibición de rebelarse contra la autoridad y la prohibición de combatirla militarmente, aunque sean corruptas, excepto que impongan la incredulidad de forma evidente, con evidencias claras que la condenan desde la revelación. Ubada Bin As-Samit relató: “El Profeta nos invitó y le juramos lealtad. El juramento era obedecerle, en lo que nos agrada y en lo que no, en las buenas y en las malas y por sobre nuestros deseos, y que no combatamos a las autoridades, excepto que impongan una incredulidad grosera y evidente, que está condenada por la revelación”
LDijo también el Profeta: “Ustedes verán después de mí injusticia y cosas que rechazan”. Los sahabah dijeron: “¿Y qué nos ordenas, Mensajero de Allah?”. Él dijo: “Denles lo que les pertenece por derecho (obediencia) y pidan a Al-lah su derecho”
No es permitido rebelarse contra la autoridad sin que se den las siguientes condiciones:
• La certeza de la imposición de la incredulidad con evidencia física o científica, pues dijo el Profeta: “… evidente…”; y no se concede validez a rumores o anuncios.
• Que sea incredulidad (Kufran), pues la corrupción sola no es motivo de rebeldía.
• Que sea pública y groseramente manifiesta, y no es permitido por incredulidad que se mantiene en el ámbito personal privado.
• Que haya una evidencia irrefutable de la revelación que sustente su incredulidad, pues no es permitido rebelarse contra la autoridad siguiendo opiniones ambiguas, probables o en debate.